Aùn puedo saborear tus besos sabor a tabaco y tu sudor que dejaba en mi lengua la sensaciòn de haber tragado un buen sorbo de agua de mar.
Aquellas tardes de vino tinto y a dos amantes enloquecidos en un escondite que lo permitìa todo.
Es alusinante verte escribir, sentir como tiemban tus brasos, con el sonido de la noche y solo el pensamiento de que este cuente es eterno...
Admiro tu desahogo,
La vida fusiona dos retratos,
Una peste empedernida,
En busca de victimas,
Y un poeta vulnerable,
Víctima del peor padecimiento,
El amor.
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