De lo más humano asciende mi voz llorosa. Grita.
Que creer fue una risa más del diablo,
un trampa de cuchillos satánicos,
carcajadas, carcajadas de sudor,
carcajadas y burlas deun adios.
Maldito el día que las alas rompieron mi espalda.
La sangre corrió como savia
y ahora al caer al suelo no es más que veneno.
Veneno como el de tu lengua,
querida, cancerígeno como tu piel tatuada en la mía.
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