11.6.10

Mariposas azules



Cada día se va un gramo de mi,

y me voy quedando en la esencia

la médula

el grano

tan querido y tan deseado.


Un resplandor dorado en mi mente

desde mi ventana

parece acariciarme la cara,

mas luego me encuentro otra vez en el frío:

profundo secreto

que guardan mis huesos.


Sé que yo misma

no estoy en mi.

Conozco lo patético de ese infierno,

pero mis alas de ángel

ya encadenadas

no pueden abrir la puerta.


Dejo de ser quien era, y tal vez

dejo la humanidad sin retorno

para ser aquella mariposa etérea

Azul

incorpórea

de alas tan lindas y rotas.













Poesía sensible.

1 comentario:

  1. Colombina - Albert Giraud

    Las pálidas florescencias de la luna,
    las blancas y maravillosas rosas,
    que brotan en las noches de julio...
    ¡ojalá pudiera arrancar al menos una!

    Para mi pesada carga aliviar
    busco en los obscuros arroyos
    las pálidas florescencias de la luna,
    las blancas y maravillosas rosas.

    Entonces, calmado quedaría mi anhelo,
    si pudiera, como en una fábula,
    tiernamente - deshojar
    sobre tu cabello castaño
    ¡Las pálidas florescencias de la luna!

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